Capítulo 1:
Agenda (lo que se esperaba que pasara)
Día 1: 3 de Septiembre 2024
07:30 AM – Salida de Santander
- Responsables: Mauricio y Mario
- Actividad: Transporte del equipo hacia Silvia, Cauca.
10:00 AM – Llegada y Preparativos
- Responsables: Todos
- Actividad: Montaje del equipo audiovisual en Casita Roja.
- Materiales: Post-its, marcadores.
10:30 AM – 05:00 PM – Taller y Laboratorio de Cocina
- Bloque 1: Intercambio de Experiencias (2.5 horas)
– Temas:
- Historia de Chisk Mamik.
- Maderos.
- Casita Roja.
- Verónica.
Anfitriones: Mauricio (almuerzo fiambre), Casita Roja (pandebonos).
Descanso: 30 minutos
Almuerzo: 1 hora
Bloque 2: Laboratorio de Cocina (3 horas)
Día 2: 4 de Septiembre
08:00 AM – Desayuno Autóctono
- Responsable: Clara
- Lugar: Hospedaje en Silvia, Jardín Botánico Las Delicias.
09:30 AM – 02:00 PM – Laboratorio con Mujeres de Ambaló
- Actividad: Experiencia culinaria colectiva, intercambio de prácticas y saberes.
Cierre del Encuentro. 🙂
Capitulo 2:
¡Hola! Quiero contarte cómo viví el primer encuentro de “Sabores y Saberes”.
Disclaimer/Aviso: El relato que verás a continuación, se basa en la experiencia de Natalia en un hermoso encuentro llamado “Sabores y Saberes”. ¡Espero que lo disfrutes!

Realidad (lo que pasó de verdad)
Día 1:
Era la mañana del martes 3 de septiembre, y el día comenzaba temprano. Mientras preparaba a mi hija para ir al colegio, también organizaba los últimos detalles en mi maleta. A las 8:40 a.m., iniciamos nuestra travesía desde Santander de Quilichao rumbo a la primera jornada de “Sabores y Saberes”, un evento diseñado para reconocer la importancia y riqueza de la comida tradicional colombiana, así como los conocimientos ancestrales que acompañan cada receta.
Viajaba junto a Vivi, Andrés y Sebas. Entre tramos de «pare y siga», disfrutábamos del paisaje de las hermosas montañas del Cauca. Finalmente, a las 10:55 a.m., llegamos a Silvia, donde hicimos una parada técnica en la plaza central del pueblo. Aprovechamos para comprar pan de bono y queso, y notamos que era día de mercado. El lugar estaba lleno de puestos que ofrecían todo tipo de productos. Al ver esto, pensamos sobre los que venían detrás de nosotros, pertenecientes al gremio gastronómico. Sabíamos que, si descubrían la plaza de mercado, podrían quedarse allí mucho más tiempo de lo esperado. Para evitarlo, Andrés se adelantó y les recomendó no detenerse en la galería, conscientes de su pasión por la gastronomía.
Nuestro destino final era el Jardín Botánico Las Delicias, donde nos esperaban experiencias ligadas a la naturaleza y la cocina ancestral. Aunque el camino estuvo lleno de piedras y polvo, que hicieron que la carreta en la que íbamos fuera incómoda, logramos llegar, no sin antes perdernos por un cruce equivocado guiado por el Waze. Finalmente, a las 11:54 a.m., llegamos al Jardín Botánico, un espacio en el que el entorno natural parecía mezclarse con la historia y el conocimiento de generaciones pasadas.
Al llegar, fuimos recibidos con un ritual de limpieza. Nos lavamos las manos, y con la ayuda de una rama, realizamos un movimiento simbólico que comenzaba en la pierna derecha, pasaba por los hombros y terminaba en el pie izquierdo. Este acto nos conectó con el espacio y nos preparó para la experiencia que vendría.
Después del ritual, entramos a la Maloca[1] y nos sentamos alrededor del fogón. Nos ofrecieron una merienda compuesta de avena de quinua y masitas. Mientras disfrutábamos de este momento, Viviana nos dio la bienvenida al evento, reconociendo los retos del camino y agradeciendo a todos por su presencia, menciona que, como Magenta, tenemos una práctica de cuidar las relaciones, por lo tanto, pide permiso de utilizar la imagen de cada participante para la publicación de estas en nuestras redes sociales.
Luego, Edgar, el cuidador del Jardín Botánico Las Delicias, nos brindó una cálida bienvenida. Nos habló sobre los programas que buscan fortalecer la cocina tradicional, como el proyecto “Territorio, Comida y Vida”. Además, mencionó los «Semilleros de Vida», una iniciativa que involucra a los niños de 8 a 10 años en la preparación de productos, destacando la importancia de transmitir estos conocimientos a las futuras generaciones.
Mama Clara, por su parte, destacó el importante papel que tienen los niños y niñas en la conservación de las tradiciones culinarias, por otra parte, nos animó a realizar preguntas, ya que el intercambio de estas son la clave para compartir conocimientos. Viviana también aprovechó para recordarnos que el conocimiento local tiene un valor inmenso y que siempre podemos aprender de las experiencias y prácticas de quienes habitan estos territorios.
A eso de las 12:30 p.m., llegaron las demás personas que estábamos esperando. Ellos también participaron en el ritual para entrar al jardín, con el que se dejan atrás las malas energías del exterior, para entrar limpios y conectados con el espacio. Luego, ingresaron a la Maloca y recibieron su refrigerio.
Al estar ahora sí, todo el grupo en la Maloca, se sentía un territorio de paz, donde la calma es la protagonista. Todos prestaban atención a lo que se decía, mientras, entre miradas cómplices se reconocían rostros y saludaban con gestos amables. Algo que llamó mi atención fue una mujer indígena, quien, mientras tejía, escuchaba atentamente cada palabra, sin perder detalle de lo que ocurría a su alrededor.
Poco después, Laura pasó al frente para guiarnos en un ejercicio de presentación. La dinámica consistía en decir tu nombre, seguido de un alimento que te guste mucho y, por último, mencionar de dónde vienes. Por ejemplo: «Mi nombre es Natalia y yo soy el arroz con leche de Santander de Quilichao.» Este ejercicio hizo que el ambiente se relajara aún más, y entre risas y sonrisas, surgieron comentarios graciosos sobre algunos de los alimentos elegidos por las personas.
Posteriormente, Edgar nos anunció que realizaría un ritual especial, en el cual se ofrendaría hoja de coca seca al fuego. El propósito era brindarle al fuego una intención, una razón para estar presente. Mientras observaba al Taita Juan Carlos comer una hoja de coca, me entró la curiosidad y le pregunté si yo también podía probarla. Me dijo que sí, y fue mi primera vez probándola. Tiene un sabor que podría describir como una mezcla de hoja seca con un toque amargo (Aunque suene gracioso, esa es la mejor forma en que lo puedo describir). Después, a cada persona se le entregó un puñado de hojas, y uno por uno, fuimos pasando para realizar nuestra ofrenda. De inmediato, el entorno cambió. El lugar se llenó de un profundo silencio, donde todos respetaban el momento sagrado en el que cada persona entregaba su ofrenda al fuego, creando una atmósfera de reflexión y conexión.
Después de este emotivo momento, Verónica tomó la vocería. Desde su primer suspiro, se notaba conmovida. Agradeció profundamente por la invitación a este espacio y, con voz entrecortada, mencionó que a partir de ese día iban a ser mujeres sin miedo. Sus palabras resonaron entre las demás compañeras, quienes también se emocionaron y no pudieron evitar que las lágrimas brotaran al compartir ese sentimiento.
Ya siendo la 1 de la tarde, se dio paso a un momento de esparcimiento. Algunos aprovecharon para ir al baño, otros recorrieron el jardín y algunos más se quedaron conversando entre ellos. Minutos después, comenzó lo que parecía el inicio del encuentro: se “prendió el fogón”. Vi cómo el ambiente se transformaba, donde la comida y el fogón tomaban el protagonismo. Las cocineras pasaron a poner sus platos en preparación: algunos trabajaban en las hojas de palma, otros calentaban el fiambre, mientras otros más acomodaban los cubiertos y a las personas. A su alrededor, varios espectadores observaban con curiosidad y respeto el proceso junto al fogón.
Comenzaron a servir el fiambre alrededor de los comedores. Viviana Correa tomó un momento para explicarnos el contenido del plato: un trozo de carne, huevo cocido, arroz, chorizo y plátano maduro, todo envuelto cuidadosamente en hoja de plátano. Hizo una reflexión sobre lo particular que es la comida colombiana, especialmente en la forma en que se envuelven los alimentos en hojas.
Se dio un intercambio de saberes entre Viviana y Verónica, donde hablaron sobre la tradición colombiana de cocinar con hojas de plátano y cómo nuestros platos suelen tener varios carbohidratos. Mencionaron que, esto viene de nuestros antepasados, quienes, debido a sus largas jornadas de trabajo continuo, necesitaban alimentos que los ayudaran a soportar esas horas, y los carbohidratos eran clave para mantener su energía.
Mientras disfrutábamos del fiambre, Verónica lanzó una pregunta que invitó a la reflexión: «¿Qué alimento nos gustaba más cuando éramos niñxs y quién lo preparaba?» La pregunta generó curiosidad y abrió un espacio de recuerdos, aunque la respuesta quedaría pendiente para más adelante.
Siendo ya las 2 de la tarde, Viviana Correa se dispuso a preparar un dulce cortado al calor del fogón. Mientras comenzaba con la explicación detallada de la receta, que lleva leche y azúcar como ingredientes principales, el grupo la escuchaba con atención. Algunos tomaban nota, y otros hacían preguntas mientras el dulce se iba formando. El ambiente se llenó de concentración, con todos en silencio, siguiendo cada paso e indicación de Viviana, encantados por el proceso.
Por otro lado, Andrés, encargado del proyecto “Semilleros de vida: letras del pueblo Ampiuile”, hizo un llamado para que las personas se dirigieran al comedor del jardín, al que de ahora en adelante lo llamaré «punto de unión». En este espacio, Andrés habló sobre el proyecto que está desarrollando junto con la Universidad Nacional y la Universidad del Cauca. Explicó que en este proyecto participan profesionales que coordinan la parte del derecho a la alimentación, abarcando desde la producción hasta la exportación de productos como la cebolla en polvo y el trigo. La intención es producir e importar localmente, buscando transformar los sistemas alimentarios del territorio.
Seguidamente, se abrió un espacio para compartir y conocer a las organizaciones presentes. Viviana Cuchillo fue la primera en tomar la palabra, hablando sobre su historia personal y la historia de la Fundación Territorial Magenta, resaltó que estábamos reunidos por el Comité de Economías Locales, subrayando que, para la fundación, escuchar al territorio es el primer paso hacia la transformación. Luego tomó la palabra Mama Clara, quien nos compartió la historia de su producto Chish Mamik (Alimentos saludables), que proviene del resguardo indígena de Guambia. Explicó cómo cultivan y transforman sus productos como la quinua y la granola con uchuva deshidratada. Después habló Mama Cayetana, quien mencionó que hace parte de un grupo de mujeres con experiencia en el cultivo de cebolla, y que al día de hoy se dedican a pulverizarla para ofrecerla en una nueva presentación.
Doris tomó la palabra para hablar sobre el proceso de “Semilleros de vida”, mencionó que, este proyecto le ha abierto muchas puertas, ya que para ella resulta un placer el poder compartir y ver cómo estos espacios, se convierten en oportunidades de articulación, con el propósito de unir fuerzas en torno a la soberanía alimentaria. Explicó que los semilleros viven estos procesos a través de experiencias como la olla comunitaria, y que desde el área comunitaria se habla de varias maneras de hacer pedagogía, de transferir conocimientos y rescatar usos y costumbres. También, comentó que están trabajando en la recuperación de semillas tradicionales, debido a que las actuales han sido modificadas con químicos para aumentar los rendimientos de estas, esto último, sinceramente me voló la cabeza.

Luego, pasaron a contar las historias de Casita Roja, La Casa de Vero y Maderos & Carbón. Estas historias las leerás en el apartado final, porque estos tres restaurantes están llenos de momentos de perseverancia, trabajo y amor. Merecen ser contadas con todo el detalle posible. Te doy un pequeño spoiler: con el discurso de Mauricio (dueño de Maderos & Carbón) y Verónica (dueña de La Casa de Vero), las personas se conmovieron, algunos incluso alcancé a ver una lágrima pasar por sus mejillas, y al finalizar, no faltaron los aplausos.
Por otra parte, colocaron alimentos en la mesa y, alrededor de estos, las personas comenzaron a compartir historias, recuerdos o curiosidades que les traían estos ingredientes. Todos estaban atentos a quien hablaba, haciendo preguntas y participando activamente en la conversación. Después, se abrió el debate sobre qué preparar para la cena, y entre varias opciones, ganó la de hacer una sopa y ensalada con quinoa, también, surgió la idea de ir a pescar trucha para complementar esta deliciosa comida.
Con todas estas historias, la espera del dulce cortado se me hizo corta. Junto a Mauricio buscamos un tronco y lo colocamos en el centro del punto de unión. Viviana trajo el dulce y lo puso sobre el tronco, y en cuanto pasaron las cucharas, solo esperábamos el aval para empezar a disfrutar de este manjar. En mi vida he probado varios dulces cortados, pero el que comí ahí, sin duda alguna, ha sido el más delicioso de todos.
Luego de conversar un rato, compartir experiencias y tomarnos una aromática para reposar la comida, se animaron a jugar lleva. Para ser sincera, no sé cómo lo hicieron estando tan llenos, pero fue un momento muy divertido. De hecho, tengo un video guardado de la caída de Mario, lo grabé justo en ese instante. Espero que algún día puedas verlo y Mario, si estás leyendo esto, discúlpame, pero el mundo tiene que verlo jajaja.
Pasamos a la noche y cenamos una deliciosa sopa de verduras con trucha, acompañada de una bebida caliente. Verónica aprovechó el momento para que, mientras terminábamos de comer, contestáramos la pregunta que se había planteado horas antes: ¿qué comida de la infancia nos traía más recuerdos? Entonces, uno a uno fue trayendo esos momentos, casi como en la película Ratatouille. Entre los platos mencionados, estaban el arroz con frijoles, la sopa, el tomate rallado sobre arroz caliente, el arroz tollao, el guiso de papa y la natilla.
Las personas encargadas del jardín se fueron a dormir, mientras que nosotros aprovechamos el momento para seguir charlando. Sin planearlo, nos separamos entre grupos: las mujeres por un lado y los hombres por otro, cada quien comentando sus temas de interés. Pero al final, a eso de las 9 de la noche, el frío nos venció, creemos que la temperatura estaba alrededor de los 10° a 15°, así que, poco a poco, fuimos todos a nuestras cabañas a dormir.
Día 2:
Me desperté a eso de las 7 de la mañana, asimilando que tendría que dejar el calor que me brindaban las cuatro cobijas “siete tigres” que tenía encima. Asimilé que ya era hora de empezar la jornada, así que me levanté y fui a cepillarme los dientes. En el camino me encontré a Vivi Cuchillo y Andrés, quienes me preguntaron si me iba a bañar, les respondí que no, porque el agua fría y yo no somos muy buenas parceras, (al final sí me bañé). Les devolví la pregunta, y Vivi con una sonrisa, me dijo que ya había meditado y se había bañado, esto me sorprendió porque estaba haciendo frío.

A eso de las 8:30 de la mañana, las personas empezaron a llegar a nuestro punto de unión. La conversación matutina giraba en torno a cómo nos había sido la noche, y todos coincidieron en que estaba haciendo mucho frío. Luego surgió la pregunta del día ¿Te vas a bañar? A medida que iban llegando, se les servía el desayuno, que consistía en huevos pericos con espinaca, arroz y café o chocolate.
A las 10 de la mañana, un nuevo grupo de personas, beneficiarias del «Semillero de vida de letras del pueblo Ampiuile», llegó con entusiasmo al punto de unión. Se notaba la alegría en los rostros mientras iban encontrándose y organizándose con sus grupos de confianza. Alexa y Andrés, atentos, se encargaban de coordinar la llegada, asegurándose de que todo fluyera de manera armónica. Este encuentro no solo representaba un momento de reunión, sino también la oportunidad de seguir fortaleciendo lazos y compartir experiencias enriquecedoras.
Verónica lideró al grupo hacia la zona de camping, un espacio amplio y lleno de sol. Allí, organizaron una actividad divertida: un juego de Marco Polo. Dos personas se ubicaron en el centro, mientras las demás formaban un círculo a su alrededor, uniéndose de las manos. Los del centro, con los ojos vendados, debían atrapar a los de afuera gritando «Marco», y quienes estaban afuera respondían «Polo», mientras trataban de esquivarlos. Las risas no faltaron, y el momento estuvo lleno de alegría, haciendo que todos disfrutaran al máximo de la experiencia.
Luego del juego, Laura tomó la vocería y nos regaló un poema sobre el maíz, resaltando cómo este alimento ha sido un lazo que nos une a todos. Después, repetimos el ejercicio de presentarnos como lo habíamos hecho el día anterior, aprovechando la llegada de nuevas personas al grupo. Entre risas y presentaciones, el ambiente se sentía cálido y acogedor. Mientras se organizaban las mesas, Verónica aprovechó para ofrecer a los recién llegados el dulce cortado que habíamos guardado del día anterior, cerrando así un momento lleno de sabor y comunidad.
Alexa menciona que es un gusto tener a las compañeras del semillero de vida, quienes han estado presentes desde el primer momento del proyecto y han acompañado todo el proceso. Durante este, se realizó un diagnóstico que arrojó varios puntos críticos y problemáticas, pero también destacó una fortaleza clave: las compañeras se unificaron a partir del programa de semillas de vida. Son madres de familia que conocen bien los alimentos y los territorios, y tienen una gran curiosidad por la transformación de los productos. Uno de los objetivos del proyecto es contribuir al fortalecimiento de la autonomía económica y comunitaria de los pueblos, buscando transformar los alimentos y, a partir de ahí, generar emprendimientos. Alexa subrayó que no hay mejor manera de compartir y aprender que alrededor de los fogones, donde el potencial de los conocimientos y emociones fluye con cada comida.
Mama Clara toma la palabra y resalta la diversidad presente en el encuentro, mencionando que hay diferentes culturas y costumbres reunidas. También habla sobre el trabajo en el campo, describiéndolo como una labor de gran resistencia y amor por su territorio. Expresa lo bonito que le parece tener la oportunidad de conocer nuevas experiencias y personas. A pesar de que no se considera cocinera experta, asegura que tiene un conocimiento valioso y que lo mejor de este espacio es la oportunidad de aprender nuevas recetas y platos de otras regiones. Finaliza agradeciendo a todos por estar presentes en este encuentro.

Una de las beneficiarias del proyecto «Semilleros de vida» toma la palabra y enfatiza la importancia de la olla comunitaria como eje central de todo lo que hacen. Explica que, a través de esta dinámica, también se conectan con la medicina tradicional, lo que fortalece su vínculo con la autonomía y soberanía alimentaria. Menciona que son conscientes de que los saberes ancestrales se están perdiendo, y por ello no se quedan quietos. Trabajan activamente en la preservación de estos conocimientos, apoyados por dinamizadores en los distintos territorios de Silvia.
Mientras las personas compartían sus relatos, algunas integrantes del semillero de vida se dedicaban a tejer collares de chaquiras de la Virgen. La destreza en sus manos reflejaba la paciencia de su labor, añadiendo un toque de color al ambiente, mientras el resto escuchaba atentamente las historias que se compartían.
Viviana Cuchillo expresó: «Quiero compartir una impresión que tengo, y es que, de verdad, qué rico es escuchar a hombres y mujeres tan empoderados de un proyecto. Sé que, en nuestra cultura, romper esa barrera de poder hablar sin miedo y decir ‘estamos haciendo esto, y esto es lo que hacemos’ es un gran paso. Así que, muchas gracias a los territorios».
Después de la presentación de cada grupo, se pasa a la preparación del pandebono, actividad liderada por Casita Roja. Mario toma el mando y comienza a explicar detalladamente cómo se hace este delicioso producto. Las personas alrededor están muy atentas, algunas graban el proceso, mientras que otras toman nota. Lo bonito del momento es que todos tienen una sonrisa en el rostro, claramente disfrutando de la experiencia, prestando mucha atención, y compartiendo sus propias interpretaciones de lo que están aprendiendo.
Debemos tener en cuenta que, por otro lado, hay un paro camionero en Colombia, lo que significa que los conductores están bloqueando las vías, impidiendo el acceso y libre movilidad. Esto afecta a las personas que están viajando por el país y se conecta con nuestro evento, ya que muchos de nosotros tenemos que desplazarnos a diferentes lugares. Por ejemplo, algunos van de Silvia a Popayán, otros a Santander de Quilichao, y así sucesivamente, cada uno regresando a su respectivo territorio.
Ya contextualizado el asunto, algunas personas en nuestro grupo están bastante preocupadas porque han visto las noticias y la situación con el paro parece complicada, especialmente en lo que respecta a la movilidad. Estamos esperando con esperanza de que, cuando llegue el momento de irnos, podamos tener un viaje lo más tranquilo y sin complicaciones posible.
Continuando con la actividad de la preparación del pandebono, ya se realizó el proceso de la masa en la batidora. Ahora, invitaron a las personas asistentes a lavarse las manos para pasar a amasar en el mesón, luego llevarlo al horno y disfrutar de un delicioso pandebono. Mientras en la clase del pandebono todos están concentrados en amasar, por otro lado, varias personas se encuentran cocinando el almuerzo en la cocina de fogón, todas reunidas en un ambiente lleno de colaboración y charlas.
A las dos de la tarde, pasamos a almorzar, y mientras las personas terminaban de disfrutar sus platos, Sebas y yo comenzamos a entrevistar a algunas personas para dejar un registro digital de este maravilloso encuentro. Después de las entrevistas, procedimos a recoger nuestras pertenencias, despedirnos de todos y dirigirnos a los respectivos carros en los que viajábamos cada uno. Fue un cierre lleno de emociones, donde la despedida fue cálida y con la satisfacción de haber compartido un espacio tan significativo.
Saliendo del Jardín Botánico, nos encontramos con que la carretera estaba bloqueada por personas que parecían estar arreglando la vía con tierra, usando picos, palas y carretillas. Nos causó mucha curiosidad por qué estaban reparando la carretera de esa manera. Al avanzar unos metros, llegamos al portón de salida del resguardo de Guambía, donde la guardia indígena nos detuvo y nos informó que debíamos dar 10 mil pesos “voluntariamente” para contribuir a los arreglos de la carretera. Les explicamos que no teníamos esa cantidad en efectivo, lo que llevó a una situación tensa y una discusión entre la guardia y nosotros. Después de varios minutos, finalmente nos permitieron pasar, pero no sin antes advertirnos que no volviéramos. Fue un momento de mucha tensión, que marcó el final de nuestra salida del resguardo.
Dejamos atrás ese momento entre risas y bromas, porque así es la vida, ¿no? Hay que verle el lado bueno y disfrutar lo más que se pueda del viaje. En Piendamó, dimos algunas vueltas para evitar el bloqueo en la vía, y al conseguirlo, llamamos a quienes iban rumbo a Popayán. Nos confirmaron que todo estaba bien y que lograron llegar sin mayores complicaciones. Finalmente, siendo las 6 de la tarde, llegamos a Santander de Quilichao, sanos, salvos, y con un gran sabor que nos dejó esta experiencia, llena de saberes y momentos inolvidables.
En conclusión, esta experiencia me permitió ver la comida desde una perspectiva completamente diferente. Desde darle el valor a una semilla hasta comprender cómo se siembra, se cosecha y llega a nuestros hogares, todo cobra un nuevo significado. Además, el campo y los campesinos deben recibir más reconocimiento, protagonismo y derechos, porque, ¡juemadre!, gracias a ellos estamos vivos, ya que son quienes, a través de los alimentos, brindan vida al mundo. La comida tradicional es tan rica y hay tanto por descubrir, pero, como dicen nuestros abuelitos, nos hemos acostumbrado tanto que esos sabores se nos vuelven paisaje. Por último, me encantaría compartir todo este mundo con mi hija para que ella también reconozca y valore las comidas deliciosas y llenas de historia de su territorio.
Gracias a Fundación Territorial Magenta, Casita Roja, Maderos & Carbón, Semilleros de Vida, Jardín Botánico Las Delicias por permitirme vivir esta experiencia tan enriquecedora y gracias a ti por leerme.
Aprendizaje:
- Necesitamos comprar una maleta un trípode una power band y qué más era ah y los flashes y tener organizado un lugar del carro para dejar todo eso ahí y ya ese es el aprendizaje.
- traer un kit de primeros auxilios incluyendo indigestión dolores de cuerpo e insecticida.
Apartado: Bellas historias.
Franco Quilindo · soberanía alimentaria: una situación para que al final del día y al final de todos nuestros procesos se logre unos excelentes resultados siempre contando con las venias de la información nutricional todo el contenido de salud que va de la mano y demás situaciones rigurosas para que al final del día nuestros comuneros cuenten con las mejores condiciones de alimentación listo la importancia del fogón en la cultura para nosotros es un ángulo si es una piedra angular de la cual desprende muchas situaciones desde eso se establecen pedagogías establecen y transferencia de conocimientos de saberes y es aquí donde se escribe un gran marco de nuestra cultura y así mismo es donde está el rescate en sí y la pervivencia de mucha mucha la información que bueno hasta el día de hoy por la inyección de muchas esculturas occidentales se han ido perdiendo es así como se han implementado ciertos sistemas interculturales con el propósito de generar en nuestras de generar que nuestras nuevas generaciones valga la redundancia crezcan con ese sentido de pertenencia y una vez más se logran establecer cierto equilibrio sí en la parte con la parte occidental hacia nuestros territorios nuestra parte interna esa parte interna que es la que queremos que perdía no solamente desde los saberes sino también desde los sabores desde la parte de la oralidad sí que es algo muy importante que no lo vemos sencillamente está en cada uno de la conciencia de nuestros comuneros es así como al finalizar de muchos ciclos vamos a ver la supervivencia de todo ese tipo de cultura y de información A ti hasta ahora qué te ha parecido este evento de sabores y saberes se junta con nosotros no solamente en la en el rescate sí de los mismos sino que también se establece como una articulación sí la articulación que es muy necesaria para cada una de nuestras localidades esa localidades sí son las que al final una de establecer una conciencia logran un propósito sí siempre y cuando esa visión esté clara hemos logrado propósitos a mediano y a corto plazo se le aporta mucho desde el ser paralelos a unas economías a un rescate cultural como ya lo había mencionado y no solamente eso sino también a una generación sí que está empezando a despertar y a saber que desde la parte interna también se puede ser autosostenible muchas gracias
Mamá Luciana: Alrededor del fogón que tiene para mí es donde llevo el proceso con mis hijos donde desde nuestros mayores nos han inculcado de que debemos dar buenos ejemplos para nuestros hijos y seguir fortaleciendo lo que lo que siempre se ha tejido y para poder permanecer en el digamos muchas gracias muchas gracias
Edgar: Buenas tardes mi nombre yo hago parte de este proceso del jardín botánico aquí en el territorio, l tema de la soberanía alimentaria no porque de alguna manera de la alimentación no también no solamente la alimentación sino que también dependemos de la tierra entonces como pueblos es muy importante digamos orientar los tiempos de acuerdo digamos a los cultivos a las semillas y también a todo el tema de la virtualidad para nosotros digamos la soberanía alimentaria está integrada en esos en esos temas la ritualidad la siembra y también digamos el consumo de la alimentación para ti por qué es importante El fogón para la cultura y es un elemento que de alguna manera une a las personas es digamos es el elemento que pues que exparse esa esa chispa de unidad hermandad de solidaridad no para notas porque digamos en cada una de las casas hay un fogón es el espacio donde une a ese núcleo familiar donde de alguna manera donde se comparte tú esa sabiduría esa memoria que tiene que resguarda digamos que resguardamos como pueblos mensajes Resaltar esa esa riqueza de productos que tenemos en los territorios creo que es importante también transmitir todos esos saberes no solamente digamos en la juventud sino también en los niños que son los futuros y son las las personas que de alguna manera van a continuar tejiendo digamos estos procesos y de seguir fortaleciendo y manteniendo digamos esta sabiduría y las comidas propias
Mamá Cayetana: Buenas tardes pues mi nombre es Cayetana almendra soy igual semillas aquí en mi recuerdo de buen día de Silvia causa pero ahorita también trabajo en un grupo de mujeres que estamos trabajando en un cultivo de cebolla entonces ahí también estoy trabajando y ahorita pues estamos recibiendo unas capacitaciones de encuentro de saberes y sabores que están dando aquí en este lugar casi de todos los departamentos que han llegado y entonces aquí estamos aprendiendo a las cocinas tradicionales y aquí lo que estamos haciendo este trabajito con la compañera pues estamos limpiando las hojas que en boyacá le dice el cobis entonces aquí en mi tierra nosotros le decimos copas y en nuestra lengua es Michi entonces este es el tubérculo orgánico orgánico porque sticker no necesitan sembrar ni con abono ni fumigo sino que son las más chiquiticas así las más chiquiticas lo deja de semilla y con esto pues ya la mata cuando está buena buena pues da toda así toda gruesa aquí están chiquitas y muy buena y en una mata pues da una aullada y estás abundante que se echa uno y es una comida muy muy muy típica de nosotros que la cocinamos en cocina en sopa de maíz y uno no quiere sopa de maíz pues también cocinadas enteras licuada y complementando con leche pues es una colada deliciosa que se puede tomar entonces es una comida muy nutritiva aquíplanes para para toda una cosa eso era unos planes que uno hacía en El fogón igual también allí se reciben los consejos de los mayores y y todas muchas cosas cuando no haya un juego cuando hay un joven apagado pues allí no hay vida antiguamente pues El fogón era mucho significado que tenía pero hoy por hoy es la televisión en el celular es una cosa muy muy como decir mala no porque eso es lo que está quitando lo que tenemos que hablar El fogón los consejos todo todo parece que se está quedando como como las mismas semillas la semilla cuando uno no los compra la deja de sembrar y se va acabando es así mismo que ahorita ya los consejos casi no hay pues los mayores los dos en la cocina y los niños en la pieza o en la sala donde está la televisión y entonces está quedando mucho lo que es el hogar entonces El fogón es un significado bastante bastante tradicional desde antiguamente seguridadcómo se vende todo eso no pero hoy por hoy pues todas las cosas que vienen de por fuera y ahorita como decir el programa de primera infancia de pronto adulto mayor pues hay programas que ayudan no a la comunidad entonces parece que es muy bueno esas ayudas pero igual estamos teniendo mucha comida de por fuera y es por eso que ahorita estamos intentando volver a sembrarnos y que los niñitos de la primera infancia como allí son chiquiticos algunas madres que antes y algunas madres lactantes que se atienden entonces pues sería muy bueno que porque consuman estos alimentos que estamos sembrando estamos cultivando y entonces por esa parte pues ya cambiaría totalmente lo que es la salud de cada uno entonces por ahí ya sembrándolo en abundancia pues ahí ya tendríamos de la soberanía alimentaria la salud la vida pues era tiempos porque veíamos que nuestros abuelos decían de 90 años pues está mermando y nosotros estamos comiendo mucha comida de por fuera muchas gracias Y solo la quinua lavarla primero yo la lavo la quinoa luego le apuesto en una olla a fuego lento entonces yo la dejo entonces luego preparo El perejil de cebolla larga la cebolla cabezona ya acostumbrada entonces ya poco a poco yo misma entonces yo dije voy a hacer otra algo diferente entonces empecé a hacer el guiso ahí sí ya le entró y ahora sí se comieron todo el ajo la cebolla no muy compleja o está bien tener conservar las semillas que tenemos tengo otra pregunta para ti porque es importante El fogón para la cultura bueno pues El fogón para nosotros es importante para tener a ver cómo le dijera para que no se muera el ambiente del hogar entonces alrededor.
Derly León comunidad campesina: Comunidad de 12 veredas una serie de actividades que hemos logrado unir a las familias en relación a la preparación de alimentos como bien lo mencionó el ingeniero nuestro proceso consta de una atención integral a los niños menores de 5 años pero resulta que veníamos en una serie de un proceso de 10 años pedagógicamente orientando pero ya este año se da un volco totalmente a este proceso cuando decimos requerimos o contemos nuevamente con volver al fogón y volver a lo que cocinamos tradicionalmente al aporte de la olla comunitaria en sí en este momento me corresponde de alguna manera porque mi proyecto de vida es fortalecer la huerta casera teniendo en cuenta las fases lunares sí entonces ha sido una experiencia digámoslo así significativa porque mi proyecto de vida el proyecto de mi semilla se une con el proyecto que yo quiero llevar de alguna manera a mis familias mis familias cuentan digámoslo así con un proceso como lo dijo la compañera de pita yo de monocultivos ya por ejemplo el cultivo de fike sí entonces el tema de la ganadería extensiva trajo muchas consecuencias y a eso estamos apostándole inicialmente en este año hicimos una entrega de semillas por parte del proceso o del operador pero qué hacemos como trabajo mi tesis de grado y mi proyecto de vida en casa pues lo que hacemos es ir entregando semillas o plantas a las familias en una especie de trueque en una especie de intercambio de saberes que hemos venido desarrollando en estos días en estos meses pasados realizamos una transformación de alimentos y las familias decían es algo nuevo es algo que está impactando pero realmente le decíamos esto es de aquí sí esto la sopa de maíz no es algo de que se nos haya ido y ahora no la profe la traje no sí es que contemos con los conocimientos de todas las familias y podamos generar esa corresponsabilidad porque lastimosamente mi comunidad se caracteriza por ser comerciante sí y el hecho de ser comerciante pues facilita que tú todo lo compres entonces es muy significativo cuando usted va y la familia le dicen profe Yo no soy de acá soy mayordoma y el dueño me dio 2 m detrás de la casa para sembrar su su reserva de alimentos sí porque prácticamente es una despensa de que es muy chévere cuando aquí el compañero iba y cogía el frijol y le entraba a la cocina del operador con el apoyo de todo el de toda la gente comunitario estamos volviendo a eso entonces creo que estas prácticas complementan a todo eso que estamos haciendo creo que estamos dejando huellas para que esta semillas para que nuevos dinamizadores nuevos agentes de nuestra comunidad sigan en una producción limpia sí mi enfoque más que todo también es en el tema de la producción limpia en la producción de que cómo esa cáscara de papa no se me convierta en un mosquero para la casa sino que lo pueda transformar y que me sirva para cultivar la quino entonces esa grande rasgo lo que estamos trabajando es un proceso muy bonito porque podemos ir a la familia ir a esa madre que en mi comunidad se caracteriza porque la madre es la que toma la batuta de la situación y la más viejita pone argumenta y construye entonces es eso compañeros he tenido la oportunidad de compartir con con asocampo en marinilla Antioquia es una experiencia muy bonita pues desde el momento que llegué y entonces muchas gracias a los compañeros de de los restaurantes de aquí de nuestros departamentos hay mucho hay mucho conocimiento en realidad sí y muchas veces decimos ay es que de allá nos traen la receta pero resulta
Mujer indígena del resguardo de Ambaló: En la mayoría de los territorios pues se trabaja con el tema del maíz, Es como como fortalecer eso también pues el como lo comentaban estamos trabajando en el tema de crear conciencia no solamente los semilleros sino para para sus semillas que el más adelante al hacer el futuro de nosotros deben fortalecer las siembras de maíz que por lo menos ya les he comentado mucho anteriormente El cultivo de brócoli y como le hacía el compañero pues el tema de también que estamos dañando nuestra madre tierra de la universidad Su huerta sutul su alimentación igualmente con el tema de abonos tratar de hacer un poco menos daño a nuestra madre tierra y reduciendo nos damos cuenta que ahora por las noticias por la televisión que nosotros que el sol ya nos hace más daño que está produciendo más cáncer ahora en esta época el cáncer cierto entonces pues es como la idea que nosotros vayamos creándole conciencia creándole conciencia a las mamás que le den a sus semillas están empeorando muchas cosas no entonces La idea es fortalecer ese tema la formación de alimentos Para nada más amor ahora la por lo menos que tenemos lo que es el queso el queso ya le buscamos diferentes preparaciones ya el cilantro todo lo que nosotros tenemos en nuestra huerta ya le vemos otra preparación ya no nos aburrimos de comer lo mismo sino que vamos a comer lo mismo pero en diferentes presentaciones Alimentación porque como lo decía el compañero de la parte occidental nos han traído muchas cosas
Dayana Hurtado del pueblo kigo: Vienes de Julio hicimos pues desde los semilleros una transformación de alimentos cierto entonces a qué nos llevaba eso a que pues muchas veces habían productos que teníamos en la huerta como por ejemplo la papasidra o las salchichas sí entonces las salchichas esas son el pepino de relleno Entonces nosotros pues fuimos como pues yo sé que en algunas familias ya pues ya se hacía pero sin embargo hay familias que no pues no realizan esa práctica cierto entonces nosotros qué hacíamos como hacer ese fortalecimiento de esos productos cierto porque pues muchas veces nosotros pues acá dentro del territorio miramos mucho que los niños rechazan mucho las verduras la zanahoria Ensalada o sea una ensalada de frutas dulce que pues fue muy o sea fue muy gustosa para los niños para que pues de esa forma se la dieran a los niños Siempre entonces nosotros buscamos pues las formas de cómo llevarles la orientación a ellas de que pudieran hacer otras recetas con la quinoa la herramienta que utilizamos fue la cartilla pues que tienen acá de chis mami rápido a esa alimentación
Casita Roja: Mario y yo propietarios de lo que se llama hoy pandonería la casita roja que nació hace aproximadamente 3 años como lo decía ayer que fue algo como como sin ninguna pretensión porque nació desde el compartir desde invitar a muchos amigos y familias a probar el pandebono y el pan de bono nació porque el papá de Mario mi suegro mi papá también tiene una planta productora o sea ahí llega la yuca y se transforma la control calidad del almidón siempre se saca el mío el tipo extra prueba y ahí fue donde ellos se convirtieron expertos en hacer un buen pandebono En la casa de mi suegro ahí teníamos como una panadería ustedes porque esto no no no no lo vuelven un negocio y pues esa no era como nuestra actividad comercial o sea entonces como que uno no lo veía o sea no no se visualizaba pues poniendo no sé como una una cafetería o algo así pero pues se fue dando se fue dando llegó pandemia se fue dando el otro negocio como que se fue quedando atrás y empezamos a vender pandebonos no me acuerdo que el primer día que sacamos una mesita con pandebono y café muy triste y muy mal y yo no pasa nada o sea no pasa nada empezaron a llegar amigos familiares Campestre muy acogedor está hecho de guadua de zinc pero pero es muy muy acogedor tanto así que la gente almuerza y se queda esperando que le baje el almuerzo para empezar
Maderos y Carbón: Que encontramos después de 15 años hasta hoy he logrado entender muchas cosas dicen que cuando la luz no está listo tener la oportunidad de compartir con personas con ustedes y como Verónica para mí son unos maestros porque logré entender Va más allá que un negocio y también gracias a estos dos chicos que Dios los puso en nuestro camino logramos entender que si lo convertimos en negocio se puede perder muchas cosas mucha magia que no entendíamos el simple hecho de transformar un alimento ya eso es mágico o sea el poder contar con todo eso ya ya que te llegue el dinero que te vaya bien y que tu restaurante sea exitoso Yo pienso que eso ya llega solo no necesitas esforzarte entonces lo estamos entendiendo y pues no estoy muy muy contenta de verdad de poder aprender de todo esto de poder conocerlos y pues en mí hay mucho camino por recorrer hay mucho por aprender la verdad es que es o sea cada día hay más conocimiento pero también es lograr entender que en algún entender que en algún momento de mi vida yo sentía como que pues no he hecho nada o sea todo era como un paisaje como que si llegan al restaurante lo ven muy lindo una infraestructura muy hermosa para mí era algo muy normal entonces es como lograr también reconocer eso y reconocerme y pues no para mí la cocina es el me ha hecho sentir segura me ha hecho sentir viva me ha hecho sentir que puedo con todo no yo digo que la cocina Y yo siento que a mí lo que me ha hecho sentir segura más allá de si estoy bonita fea gorda flaca o como sea a mí lo que me ha hecho sentir segura es saber lo que yo soy capaz para salir adelante o sea lo que yo puedo hacer por mí misma entonces para mí todo eso me lo hago mi cocina muchas gracias La verdad la historia de vida de nosotros muy bonita algún día tendremos la oportunidad Pero nosotros siempre pusimos pusimos por encima nuestra relación con complicaciones de salud pero gracias a Dios Nicolás tiene 19 años en diciembre ya también la carrera desde lo que nosotros hemos aprendido durante esto ya con el tema de restaurantes y de negocios ya llevamos con maderos llevamos 15 años antes de maderas tuvimos uno que que se quebró antes de ese tuvimos teníamos un granero en Santander que se quebró pero todo eso es parte del proceso a veces uno quiere tirar la toalla y quiere salir corriendo pero pero nada hay que seguir porque uno se ha propuesto porque sabemos de todas las dificultades Entonces quisiéramos como acortar un poquito esa esa curva de aprendizaje que a veces tan dura y por lo que nosotros sabemos pues ayudarles entonces por eso hacemos parte de magenta de una manera
Verónica: Para todos y todas estoy muy feliz lo que hace que llegue al cauca muy conmovida esa fue la palabra a la que llegó Laura y a la que yo me pego porque nos hemos sentido muy muy amadas muy bien atendidas muy queridas muy cuidadas y eso nos hace como mucha felicidad nos hace sentir mucha felicidad nosotras somos escuelas campesinas de cocina rubí hace la mano rubí la de las papas doña gris Laura y yo somos escuelas campesinas con otras mujeres que están en El Carmen de durar nosotros somos que que se ganaron la rifa para llegar acá porque lo rifamos y bueno y nos hace muy como les decía nos da mucha felicidad poder venir acá a compartir con ustedes nuestras escuelas no hacen hace aproximadamente ya van a ser 5 años 4 años y medio 5 años no cuento no sé no sé de tiempos y nace a partir de las de la pandemia porque empecé nació como como una necesidad individual que se volvió una una necesidad colectiva y nace el pensar qué pasaría si las mujeres adultas murieran y se llevaran todo su conocimiento con ellas y como en la pandemia se van a morir todas las viejitas entonces yo hacía m***** se van a morir las viejitas y no vamos a aprender a hacer ni sancocho ni sudado ni frijoles ni arepas ni nada porque las mujeres son las que tienen todo ese conocimiento y nadie les pone atención a ellos cierto era como yo pues mi mamá yo pensaba mi mamá y yo decía mi mamá se va a morir y yo no sé hacer los frijoles exactos de mi mamá y yo no sé hacer el sancocho exacto de mi mamá y yo llevo cocinando muchos años pero no sabía eso exactamente cierto como que entonces de ahí nada se juntó otra chica en El Carmen de oral y empezamos a organizarnos y empezamos a ir a veredas todo lo que hemos hecho lo hemos hecho de autogestión desde nuestros propios recursos y empezamos a ir a las veredas tomábamos dinero como de mi restaurante La casa de Vero y con eso pagábamos transporte algunos ingredientes y empezamos a hablar con las juntas de acción comunal para que se pegaran y nos ayudaran con otros ingredientes y si estábamos a mujeres y así empezamos a llegar a varios lugares entonces yo vivo en la parte céntrica del municipio del Carmen de víboral y empezamos a ir a veredas estuvimos en una que se llama samaria en otra que se llama La palma El porvenir en otra que se llama la florida y en otra que se llama campaña y empezamos a ir a estos lugares a ver qué pasaba y siempre la respuesta era femenina solo tuvimos dos hombres en toda la convocatoria y llegaron más de 60 mujeres entonces eso nos hizo entender que iba a ser un proceso femenino nunca se dijo es un proceso femenino pero el mismo proceso decidió que fuera un proceso femenino trabajamos hace mucho tiempo y durante ese tiempo trabajamos por ingredientes específicos es decir hoy vamos a trabajar el maíz y nos dimos cuenta trabajamos auyama maíz y frijol y dulces tradicionales eso fueron como los el piloto pues pero nos dimos cuenta que en el maíz nos quedamos y nos quedamos en el maíz y nos quedamos en el maíz y no salíamos del maíz porque el maíz es el maíz somos nosotros pues es como pues yo no veo otra forma de decir que somos nosotros entonces ahí hacíamos las escuelas entonces llegábamos empezamos a hacer las recetas a cocinar con las señoras pero nos fuimos formando y fuimos entendiendo que somos una escuela horizontal porque somos una escuela donde todas sabemos entonces quiénes de acá cocinan ahí de la mano a quiénes les gusta cocinar entonces las escuelas partieron yo creo que eso se volvió la parte más importante en la escuela y fue entender que todas las mujeres que estaban en nuestras escuelas habían cocinar pero que ninguna reconocida que sabía cocinar que todas las mujeres que estaban en nuestra escuela sabían cuidar de los demás pero ninguna reconocida que sabía hacer algo entonces Usted qué sabe hacer nada la mejor natilla de maíz del mundo